Fragmento de la entrevista a Roger Chartier publicada el jueves 25 de septiembre en La Voz del Interior, Opina que la revolución digital es la más profunda de la historia de la cultura. Entrevista de Carlos Schilling
Los tres niveles de la revolución digital
–¿Qué continuidades y qué rupturas ve entre la lectura digital en pantalla, tal como es posible gracias a Internet, y el libro tradicional?
–Me parece que hay más rupturas que continuidades. Para mí, la ruptura fundamental es que por primera vez de producen de modo simultáneo transformaciones de la técnica de reproducción de los textos, en la forma de inscripción de los textos, el soporte, y en las prácticas de lecturas. Como ya he dicho en otras partes, la revolución de un elemento no implica la de los otros. Cuando Gutenberg inventó la imprenta fue una revolución de la técnica de reproducción de los textos, pero la estructura morfológica del libro es la misma antes y después de Gutenberg. Antes, desde los siglos II, III y VI de la era cristiana hasta ahora, manuscrito o impreso, es un objeto que está construido con cuadernos, hojas y páginas encuadernadas, y hay una continuidad morfológica del objeto, que es como la tela de fondo de una invención tecnológica. Pero se ve que en el mundo digital, la nueva forma de inscripción sobre un soporte nuevo –la pantalla de la computadora– va a la par con la nueva tecnología de composición, transmisión y difusión de los textos, y con nuevas formas de lectura, que no son nuevas en sí mismas, porque la lectura de la pantalla es fragmentada, segmentada, y discontinua, y el códex permitía ese mismo tipo de lectura. La gran diferencia que introduce la mutación digital a nivel de la lectura es que en cada uno de los objetos previos de soporte de la escritura existe una relación materialmente establecida entre el fragmento, el segmento y la totalidad. Mientras que frente a la pantalla es un universo infinito o indomable de la totalidad textual. De modo que hay una revolución en los tres niveles (tecnológico, morfológico y cultural) que explican el impacto, las dudas o el entusiasmo o el miedo frente a esta nueva tecnología.
–¿Sobrevivirá el libro y las prácticas de lectura y escrituras ligadas al papel?
–Lo que matiza lo que estoy diciendo ahora es que esta revolución ligada con el mundo digital se ubica dentro del mundo en el cual la producción impresa y la escritura manuscrita seguirán como otras formas de relación con la escritura. Toda la apuesta del presente sería saber cómo cada uno, en función de su edad, su oficio, sus recursos económicos, sus competencias culturales, maneja o no la relación entre su escritura manuscrita, una lectura de textos impresos, desde libros a periódicos, y el nuevo mundo de la producción que se escribe y se lee frente a la pantalla. Ese es el desafío del presente.
